Leche entera, semidesnatada o desnatada: cuál debes tomar y por qué.
Los debates con la leche son uno de los más intensos y habituales en cuanto a rutinas alimentarias e incluso a la necesidad o conveniencia de tomar lácteos de adultos. El otro factor curioso es la gran variedad de leches que inundan los estantes de los supermercados, donde casi la entera es la menos visible. Entera, semidesnatada o desnatada, veamos cuál es mejor tomar y por qué.
Empezaremos explicándote la distinción más clásica: leche entera, semi y desnatada.
Durante años hemos demonizado la leche entera alegando que “engorda mucho”, mientras que nos decantábamos por leche desnatada, ya que “es más saludable”. Veremos también qué hay o no de cierto en todo esto.
Qué es la leche entera, semidesnatada y desnatada
Debes saber que la principal diferencia entre los tres tipos de leche es la cantidad de grasa, siendo la entera la que concentra una mayor cantidad y la desnatada la que menos. Pero todas son necesarias en algún momento de nuestra vida. Sin embargo, las grasas naturales presentes en la leche en un momento dado se asociaron a un posible incremento del colesterol malo (LDL) debido a que son saturadas.
Luego están los que defienden dejar de consumir lácteos por las contraindicaciones en el organismo y por el argumento de que somos el único animal que tomamos leche después de la etapa de crecimiento. Lo cierto es que millones de persones son intolerantes y eso se asocia a ese argumento de que no es natural tomar lácteos de adulto.